Creo que la nuestra ha sido la Japan Restaurant Week más aprovechada. Tres restaurantes, tres, hemos probado (y no más por no aborrecer el sushi, aunque lo vemos difícil).
Aunque ya acabó esta iniciativa no nos queríamos quedar sin hablar del Ikura ML.
Creemos que merecía una entrada en nuestro blog por la originalidad y la elaboración del menú. Por eso y porque ya que nos tomamos la molestia de ir a cenar con el camarón de la isla hay que darle salida a las fotos.
Aun sin menú especial merece la pena ir y disfrutar de sus platos.
El sitio es pequeñito pero muy luminoso y modernito. En todo momento estás viendo al sushiman preparlo todo, ya que lo hacen todo en la barra. Me encanta observar ese jaleíllo, cómo montan los platos, queman con el soplete y hacen rollos.
La cocina es fusión japonesa-española, y como resultado tienen en carta algunas piezas de sushi de lo más originales y apetitosas. Se nos hacía la boca agua sólo con leer la carta.
Para beber, ya que tenemos el master en cervezas japonesas decidimos variar y pedir un sake frío. No nos maravilló su sabor, pero he de reconocer que se bebe solo. Si no fuera por el hecho de que valía 12 euros la botellita habría sido peligroso.
De entrada nos sirvieron un cuenquito de edamame y otro de alga wakame como aperitivos. Muy bueno (las algas nos gustaron especialmente).
Después vendrían los que serían los mejores platos del menú para nosotros (y si me apuras los mejores nigiris que hemos probado nunca).
Nigiri de foie y mango caramelizado, INCREÍBLE, y nigiri de yema de huevo con trufa y jamón ibérico. Esperamos que las fotos sirvan al menos para recrearse un poco, porque estaban tan ricos que no lo podemos explicar.
No nos engañas con esa pinta de tocinillo de cielo, tú eres más salao...
O te lo comes de un sólo bocado o estás perdido
Luego nos trajeron un plato de hosomakis variados, que estaban buenos pero tuvieron la desgracia de ser comparados con los super nigiris anteriores. Así que nuestro veredicto es buenos, aunque tirando a normales. Ni foto vamos a poner, que el retrato hay que ganárselo.Lo siguiente en llegar a la mesa fueron unos makis variados, todos muy originales. De anguila con salsa (para nuestro gusto el mejor del plato), de tartar de pez mantequilla y tartar de atún rojo (con exceso de soplete porque sabían y olían demasiado a tostado y no se percibía bien el saborcito del pescado) y futomakis de spicy salmon, que estaban muy buenos, pero de spicy nada de nada (o eso o tenemos ya la lengua de adamantio).
Reconozco que si hubieran puesto los dos primeros nigiris al final del menú nos habría gustado todo más, pero si nada más empezar te ponen las expectativas en el cielo con esa maravilla luego ya se queda todo corto.
De postre un coulant de chocolate para personas muy muy chocolateras y golosas (lo reconozco, yo rebañé los dos cuencos).
Nota: El coulant no tenía purpurina verde, es algún efecto extraño de la luz
Veredicto: Todo muy bueno (somos unos criticones, no nos hagáis demasiado caso), el servicio fantástico y el precio... normal para ser un japonés. Vale, nosotros pagamos 0 porque habíamos ganado un concurso y este era el premio, pero habríamos pagado gustosos por una cena tan buena, tranquila y en buena compañía (aunque esto último es mérito nuestro).