Otra vez estamos a vueltas con el brunch, pero es que es algo que nos encanta. Nuestro brunch casero no está nada mal, pero que te lo pongan todo por delante está mejor.
Ya había escuchado hablar del de Motha en Madrid y nos apetecía probarlo. Así que llegó el Domingo y allá que nos fuimos. El sitio es pequeño, así que conviene no ir muy tarde (aunque sirven el brunch de 10:00 a 18:00). Pocas mesas (todas diferentes), techos altos y el encanto de los cafés tranquilos donde todo el mundo es feliz y amigable.